martes, 6 de noviembre de 2012

El país de los ciegos

El otro día me encontraba tomando el mate con unos amigos hasta que llegó el tema inevitable de la situación actual del país.
Todos por lo general opinamos que el país no se encontraba bien hasta que fue el turno de un amigo de Bolivia.
En el preciso momento en el que empezó a enumerar los (vamos, sabemos que es así) numerosos problemas del país un compañero proveniente del Calafate saltó a responder como una fiera herida.
"¿Que venís a hablar vos de mi país boliviano de mierda? Aquí les damos de comer a vos, a los uruguayos, paraguayos y a esos negros de Perú. Si no te gusta mi país ¿Qué venís a hacer aquí?"
Mentiría si dijera que me sorprendió esa reacción, pues Manu siempre fue muy nacionalista al punto de no soportar nada en contra del país y, al ser de Calafate, tampoco soportaba que se criticara a los Kirchner. Sin embargo, el que sus exabruptos fueran comunes no hacía que sus actitudes fueran correctas.
Ahora, lo que sí me sorprendió fue la actitud de César, el chico de Bolivia. Lejos de responder a una falta de respeto con otra falta de respeto, o siquiera sulfurarse sonrió y, mientras seguía sentado procedió a responder.
"Manu, se muy bien lo que piensas y por eso te voy a pedir que me permitas responder a lo que acabas de decir y me dejes llegar al final sin interrumpirme"
Manu pareció un poco confundido pues normalmente siempre lo dejaban salirse con la suya para evitar mayores discusiones. Sin embargo, luego de quedarse unos segundos pensándolo, volvió a tomar asiento y le pidió a César que dijera lo que tenía que decir.
"¿Dices que nos dan de comer a los bolivianos, uruguayos, paraguayos y a los peruanos? Sé muy bien lo que piensan de nosotros en este país.
Los bolivianos dicen que somos los que trabajamos en las verdulerías. Si fuera así, en ese caso nosotros producimos ganancias honestas para el país y les vendemos la comida a las personas ¿acaso te parece que eso es mendigar? Porque si quisiera responderte mal te diría que mas bien somos nosotros quienes les damos de comer a ustedes."
En este momento Manu estuvo a punto de ponerse de pie y decir algo pero decidió quedarse callado y seguir escuchando.
"Los paraguayos y uruguayos se que son vistos como las personas que van a realizar la limpieza en las casas. Son los "negros" que hacen la labor que ustedes no quieren o no se dignan a realizar. Esas personas vienen a este país para poder salir adelante y realizan trabajos muy duros y a veces humillantes que nadie en este país quiere realizar. Y, sin embargo, me enferma verdaderamente que luego se les acuse que vienen a quitarles puestos de empleo por hacer un trabajo que nadie en este país quiere hacer"
Los ojos de Manu ya no lanzaban destellos ni chispas, sino que mas bien observaban a la mesa y no parecía querer, o mas bien no podía, mantenerle la mirada a César.
"Por último, están los peruanos a quienes tú y otras personas llaman despreciativamente negros o negros de mierda. Dicen que son chorros, que fabrican y venden droga y que son los más muertos de hambre y por eso se van de su país. Pues bien, por si no lo sabes en estos momentos Perú es el segundo país con mayor crecimiento de la región y el segundo con el menor porcentaje de riesgo país. La migración peruana ha disminuido tremendamente y son muchos los que incluso están volviéndose a su país. Si los acusan de chorros y comerciantes de droga entonces yo te pregunto ¿Por qué no son ellos los que ocupan siempre los titulares en las secciones policiales en los noticieros y sí son siempre argentinos? Si se vende droga es porque hay gente en el país que la consume voluntariamente, mientras les queda voluntad claro."
Todos estábamos mudos. No cabía duda que César podría sacar a relucir lo mejor del país al que se criticara y, aún cuando doliera aceptarlo, tenía toda la razón.
Entonces, si los extranjeros ayudan a crecer al país en lugar de hundirlo ¿somos nosotros quienes lo estamos hundiendo?
Son muchos los que saltan a criticar a los extranjeros cuando critican que el país está mal y les conminan a irse del país si tan malo les parece. Sin embargo, lo que parecemos no darnos cuenta es que a ellos no les molesta que el país esté mal. No, los que a ellos en verdad les irrita y fastidia es que quienes vivimos aquí no hacemos nada y permitimos que sigan así las cosas, total, siempre habrá otro que haga lo que a nosotros nos da demasiada pereza hacer pero no criticar.
Hay otros que saltan con que "Soy demasiado nacionalista y no puedo permitir que hablen mal de mi país". No es más patriota el que niega que su país está mal, al contrario. Quien en verdad ama a su país lo acepta tal y como es, con sus fallos y éxitos, con sus cosas buenas y malas. Pero sobretodo, quien en verdad ama a su país tiene el suficiente valor y los "huevos" para admitir que no estamos bien.
Nos hemos convertido en un país de ciegos que vemos únicamente lo que otros quieren que veamos mas nunca lo que en verdad podemos ver. Estamos tan ciegos que no somos capaces de observar lo que a veces tenemos frente a nuestros ojos. Una amiga incluso llego a negar que el cacerolazo del 14 de septiembre hubiera ocurrido por más que esas miles de personas desfilaron frente a la ventana de su habitación.
¿Qué nos pasa? ¿Por qué nos negamos en abrir los ojos?
El problema radica en que es más fácil cegarnos y crearnos una imagen ficticia de lo que verdaderamente ocurre en lugar de aceptar las cosas como son. Lo grave de engañarse a uno mismo, que ya de por si es malo, es que para poder seguir con una farsa autoimpuesta necesitamos que los demás también la crean. Para esto nadie mejor que el gobierno, la oposición, la cámpora, Clarín, La Nación y cualquier partido político o medio de comunicación que queramos nombrar.
Abre los ojos y no dejes que nadie te engañe, ni el gobierno ni la prensa tienen la verdad absoluta. Está en uno saber buscar la verdad en medio del discurso de ambos. Si quieres quedarte ciego ¡adelante! tal vez te sea más fácil, cómodo y agradable vivir así, pero no le arrojes tierra en los ojos a los demás.