viernes, 12 de abril de 2013

La necedad de unos pocos y muchos miles

Todavía recuerdo cuando hace cinco años (2008) leía en los diarios que el dólar acababa de llegar a $3.20. En aquél entonces el gobierno negaba que hubiera problemas. "esto es temporal", "se va a solucionar" decían. Sin embargo, para fines de 2009 se anunciaba el tan temido $4 de valor del dólar.

En 2011 empezó el bloqueo a las importaciones y el país empezó a cerrarse sobre sí mismo. Ese mismo año el dólar alcanzo los $4.20. Era caro, más caro que hacía tan solo 3 años, pero todavía podías ahorrarlo, comprarlo cuando quisieras y sin rendirle cuentas a nadie de su uso. Aquí empezó la debacle del país con la famosa decisión de poner un freno a las importaciones bajo la idea que esta medida revitalizaría el mercado interno. El resultado fue totalmente opuesto y el mercado se vio debilitado, al punto que luego de dos años de instaurada la medida, y seguramente de muy mala gana, el gobierno terminó aceptando que el freno a las importaciones había sido un error y lo retiraría, lo cual ha sido una decisión por demás acertada (vamos, ya era hora).

El 2012 trajo como sorpresa no solo un incremento en el costo del dólar (con el consiguiente decremento en el valor de nuestra moneda), sino que además el gobierno decidió realizar un cepo que no es cepo pues, si bien prohíbe la compra de dólares, asegura que no existe cepo (tan lógico como asegurar una dictadura militar sin desapariciones).

En un arrebato de estupidez, autoritarismo, abuso de poder y negación por parte del gobierno, se prohibió tener ahorros en dólares bajo el argumento que los dólares generaban fuga de divisas. Sin embargo, mientras todo esto iba ocurriendo era común ver a la presidente (o presidenta como insiste en ser llamada) asegurar que el país no sólo ha crecido, sino que "se siente orgullosa de vivir en el país de latino américa con los salarios más altos".

¡Por supuesto que es el país con los salarios mas altos! Su inflación, mal maquillada sin éxito por el INDEC desde hace años, lo exige a fin de poder sobrevivir en un país en el que los costos de todo aumentan cada día más y en el que la brecha entre la clase media y la clase baja es cada vez más inexistente.

Fruto de esta falta de acceso a la moneda estadounidense, se creó un mercado negro de la misma, algo tan esperado que resulta tan risible como irritante la falta de acción por parte del gobierno, con Moreno y Boudou proclamando que el país nunca había estado mejor y que no sufría de inflación. Esto mientras nuestra querida presidente se encontraba de viaje por Medio Oriente. Así llegábamos a una diferencia de $4.95 en cifras oficiales y de $6.70 en el dólar negro o "blue".

No contenta con negar la realidad del país, Cristina recurrió a un argumento tan gastado como poco convincente: culpar a los países extranjeros. El habitual grupo de lambiscones y aduladores del que se suele rodear apoyó lo que dijo y siguieron negando que el país tuviera problemas económicos y de inflación aún cuando para finales de 2012 el dólar estuviera bordeando los $7.20.

El 2013 trajo consigo una sorpresa, pero no de aquellas que nos hacen reír o sentir afortunados. El dólar blue acababa de llegar a 8 pesos y nadie sabía que hacer. Ya no servía tirar la bomba de humo con el asunto de Malvinas para intentar mantener distraída a la población. A esto se sumó otro aniversario más de la tragedia de Once en el que la mandataria volvió a brillar por su ausencia y su falta de tacto y empatía para con los familiares de las víctimas.

Anunciaron que el incremento en el dólar se debía única y exclusivamente a la temporada de vacaciones y que luego de esto bajaría. Así lo intentó durante mucho tiempo el gobierno con ayuda de amigos que vendían dólares a precio oficial para que el precio del dólar blue disminuyera. Incluso se podía escuchar a Moreno proclamar que "el mercado del dólar blue es muy pequeño y pronto desaparecerá" para luego pretender que este bajara a 6 pesos.

Antes de seguir haciendo una recapitulación de la evolución del dólar me detendré para que todos podamos pensar. Digo esto porque los periodistas somos mal llamados vendedores de humo por el gobierno pues este no nos quiere. Esto no es algo nuevo, sabemos desde hace mucho tiempo que no nos quiere y nos ataca a fin de callarnos pues dicen que hablamos sin fundamentos e inventamos las cosas. Cualquier persona con dos dedos de frente, luego de ver la evolución en la situación del país, puede notar cambios en la economía del mismo. Un ejemplo muy básico: un sachet de leche "La Serenísima" de un litro pasó de valer $0.95 en 2008 a estar bordeando los $6.00 en el 2013 ¿nadie se pregunta que pasó?

Creo que ya hemos atravesado por demasiadas crisis a lo largo de nuestra historia como para pretender saber que esto, en el caso de los más grandes, no lo hemos visto antes. Lo vimos a principios de los 90, a principios del 2000 y lo vemos ahora a principios de la siguiente década. No hay que mal acostumbrarnos a esperar que todo reviente para que se arregle porque esto lesiona al país por dentro y a la imagen de este hacia el exterior. No esperemos otra década y analicemos cual es el rumbo de nuestro país y su futuro. Personalmente, siempre preferiré diez años después mejor reír que llorar.

miércoles, 23 de enero de 2013

La realidad actual del periodismo en las universidades

Cada día escucho de forma más frecuente en la Argentina "el periodismo es malo" o "el periodismo está en decadencia". Si bien estas frases normalmente se ven reflejadas en ataques a la prensa que no se encuentra de acuerdo con el gobierno (y también a la que lo está), el problema radica en otro lado.

El país, o más concretamente la profesión, adolece de buenos profesionales pues estos, a menudo, carecen de ambición. Sin embargo, la ambición, o falta de ella, no suele venir sola. Si bien es cierto que el resultado final de la carrera lo hace uno mismo, también es cierto que una enseñanza peresoza y deficiente forma profesionales peresozos y deficientes,

No es poco común escuchar a gente diciendo "cualquiera puede ser periodista". Naturalmente, para un periodista escuchar esto es un terrible insulto. 
¿Cómo que cualquiera puede ser periodista? ¡Yo estudié 4 años en la universidad para poder ser reconocido como periodista!
Precisamente es ahí donde radica el problema.

Hoy en día las universidades, que hacen gala de los maravillosos profesionales que forman, realizan una formación cementada en su práctica totalidad en la teoría. Yo tenía un compañero que era de los típicos "tragas". Siempre estudiando, preguntando y sacando 10. Sin embargo, cuando finalizó la carrera, la realidad le dió de golpe en la cara.

No tenía la más mínima idea de que hacer cuando ingresé a trabajar a la redacción de La Nación. ¿Por qué yo, joven graduado con honores, no tenía la más mínima idea de como proceder? Al principio pensé que como recién ingresaba al diario estaba desorientado y nada más. Luego me dí cuenta que efectivamente estaba desorientado, ¡pero no por ser nuevo! Estaba desorientado porque me dí cuenta que las únicas materias que me habrían servido para enfrentarme a la realidad habían sido "Redacción Periodística" y "Producción Integral de Radio". Todas las demás habían sido materias al menos 90% teóricas que nada aportaban a mi crecimiento profesional.

Él tenía razón. Si bien no desmerezco la importancia de ciertas materias formativas, es evidente que el periodismo que enseñan en las universidades no va de acuerdo con la realidad. El periodismo de verdad no se aprende en las universidades de hoy en día. El periodismo de verdad se aprende en la calle y no en la comodidad de un aula universitaria que te otorga conocimientos netamente teóricos y que no hace sino formar periodistas ociosos que aprenden a evitar confrontar la realidad en tanto les sea googlescamente posible. 

Testimonios de estudiantes de periodismo me dicen que si no está en google buscan cables de agencias noticiosas. Le dan copiar, pegar, modifican algunos adjetivos y le agregan algunas palabras y ¡voila! el artículo (trabajo de clase) está listo. Si se trata de conseguir entrevistados, buscan nombres que sean imposibles de corroborar e inventan la información de acuerdo al rumbo que quieren darle a su artículo.

No pienso meterme a realizar o siquiera sugerir un plan de estudios para las unviersidades, pues no soy un educador, pero si considero que es necesario que el periodismo reciba una vuelta de tuercas en lo que a formación de profesionales respecta, pues me resulta imperdonable que alguien que estudió una carrera, gastó tiempo y dinero y obtuvo el famoso título universitario no tenga ni la más mínima idea de como realizar cosas tan elementales como un móvil o

Tal vez sea hora que abramos los ojos y empecemos a plantearnos que tanto se corresponde una carrera universitaria con la realidad y si al final vale tanto estudiar en esa "prestigiosa"  y cara universidad por un pedazo de cartón que será un eterno recordatorio de nuestras carencias de formación.